Los ejes están marcados para Europa: por un lado, continuará la herida de la crisis desatada, por otro, la caída de su peso específico en el mapa geoestratégico mundial, frente al eje Estados Unidos-China, con pesos pesados tradicionales como Rusia y con nuevos actores como América Latina, India o los países árabes.
La crisis ha puesto sobre la mesa el debate de a qué modelo económico-social debe aspirar Europa. Y esa discusión se ha hecho si cabe más profundo en países cuyas economías han sido rescatadas, como Grecia, Portugal, Irlanda, o es una a semirrescatadas, como España, puesto que en dichos Estados las políticas nacionales estarán influidas, al menos en parte, por las condiciones de los acreedores.
los ejes están marcados para Europa: por un lado, continuará la herida de la crisis desatada, por otro, la caída de su peso específico en el mapa geoestratégico mundial, frente al eje Estados Unidos-China, con pesos pesados tradicionales como Rusia y con nuevos actores como América Latina, India o los países árabes.
La crisis ha puesto sobre la mesa el debate de a qué modelo económico-social debe aspirar Europa. Y esa discusión se ha hecho si cabe más profundo en países cuyas economías han sido rescatadas, como Grecia, Portugal, Irlanda, o es una a semirrescatadas, como España, puesto que en dichos Estados las políticas nacionales estarán influidas, al menos en parte, por las condiciones de los acreedores.
Economia
España en una doble dirección: qué aportará el futuro proyecto europeo al país y qué papel jugará en la UE.
En el establecimiento de ese modelo que impere para Europa en los próximos años o décadas, España debe jugar, en teoría, un papel esencial: la cuarta economía por PIB de la zona euro y el quinto país en población de la UE de los 28. Sin embargo, el escenario no puede ser más diferente que cuando España firmó su adhesión a la CEE en junio de 1985.
Incluso, si la tendencia es que el Parlamento Europeo vaya convirtiéndose poco a poco en una verdadera cámara que represente la soberanía del pueblo europeo (500 millones de ciudadanos), el peso español en el rumbo de la UE debería tender a reforzarse puesto que España, con sus 54 eurodiputados, es el quinto país con más escaños en Bruselas (Alemania, el que más tiene, ostenta 96).
Pero frente a aquella Europa de la ilusión, del futuro, de la democracia, el progreso y las libertades tras casi cuatro décadas de dictadura franquista, ahora estamos en la Europa del desencanto, en la Europa de la última oportunidad, como ha dicho el propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
- Curriculum europeo. Buscar empleo en Europa no es tan sencillo. La relación de las competencias, capacidades y experiencias profesionales no tienen por qué responder necesariamente al modo en que se detallan en España y es aconsejable diseñar una buena presentación para mejorar las posibilidades de éxito.
Europass te ayuda. Precisa los cinco documentos que te ayudarán a dar cuenta de tus capacidades y conocimientos de manera sencilla y fácilmente comprensible en toda Europa.
Proporciona, por ejemplo, una plantilla para presentar tu curriculum en cualquier país europeo y lo que denomina Pasaporte Europeo de Competencias, un documento en el que detallar tus conocimientos de idiomas, tu experiencia profesional en distintos países de la UE y tu historial académico, sean certificados de profesionalidad o titulación universitaria.
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¿Por qué de la última oportunidad? Porque el proyecto de la Europa social y solidaria está más en cuestión que nunca y aquejado de una enorme falta de legitimidad después de los efectos de la crisis. En especial, tras los rescates bancarios, que han desembocado en el paradójico escenario en que el acreedor llega a marcar las políticas nacionales de un Estado. De manera, que la Europa social ha dado paso, al menos en su imagen pública y según aparece a diario en los medios de comunicación, a la Europa de la Troika, de los recortes y de la austeridad.
Ante este escenario, los retos para la Unión siguen estando claros: la recuperación de la crisis y sobre todo de los niveles de empleo previos a 2008; la reforma del modelo energético hacia otro más sostenible (para afrontar el reto del cambio climático) y mejor cohesionado; la materialización del sistema sanitario único europeo (que evite las enormes desigualdades socio-sanitarias sobre todo en el eje oeste-este), así como la unificación de los sistemas bancarios y la fiscalidad de la Unión (entre otras cosas, para evitar paraísos fiscales o vacíos tributarios); y, por encima de todo, la definición de un modelo económico-social sostenible y competitivo en un entorno globalizado con la presencia de tres gigantes (Estados Unidos, Rusia y China).
El papel que tendrá España en esa Europa es una incógnita por desentrañar, pero el presente no apunta a resultados halagüeños. Las previsiones de la UE señala un 20% de paro al menos hasta 2020, mientras que el modelo económico nacional sigue una inercia hacia un rumbo incierto: si bien la prima de riesgo está en valores más bajos que nunca, la deuda española sigue aumentando y los únicos sectores que se salvan de cualquier análisis negativo son el turismo y las exportaciones... Un balance demasiado exiguo para un país de más de 45 millones de habitantes.
También la financiación de los nuevos planes de salud y de ciencia de la UE hasta 2020. Sin embargo, en estos dos campos, la pregunta que está en el aire es: ¿causarán los acuerdos comerciales y de inversión que está negociando la UE con otros países (como el TTIP, con Estados Unidos) una oleada de privatizaciones en ambos sectores? De ser así esto podría conllevar drásticos resultados para España, cuyo sistema sanitario y de investigación es fundamentalmente público y no privado o basado en la concertación, según el modelo que quedó fijado en la Transición española.
España tendrá voz y voto en esos cambios, pero, sin duda, mucho menos que en el pasado. La pérdida de peso político en el seno de la UE es manifiesta y se ha acentuado en los últimos años. De la UE de Javier Solana en los 90 hemos pasado a la Unión que acaba de rechazar a Luis de Guindos (a pesar del presunto apoyo alemán a su candidatura) como presidente del Eurogrupo en detrimento del socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, que repite en el cargo. Era la última esperanza española de tener a alguien de peso en una institución europea, al margen del comisario español (Miguel Arias Cañete, en Clima) que obligatoriamente ha de ocupar una de las 28 carteras de la Comisión Europea.
La UE, y España con ella, está viviendo ese momento histórico. Junto a la crisis, retos tan urgentes como el cambio climático, la escasez de recursos, los insostenibles niveles de desempleo y precariedad o el aumento constante de la esperanza de vida, impelen a urdir si no un nuevo modelo económico, productivo y social, al menos una reforma estructural del modelo actual. Unos desafíos que España ni ningún país europeo por sí mismo podrían afrontar en solitario. La unidad es la mejor receta; la falta de confianza mutua, sería la peor de las noticias.
5) Comida
Tenés la opción de comer afuera o cocinar. Cocinar va a depender del tipo de alojamiento que contrates.
Comer afuera puede ir de 7€ hasta infinito si vas a un restaurante con 5 estrellas Michelin jeje.
Y cocinar te dejo un catálogo online con algunos precios de productos del supermercado el Corte Inglés que es de España, no es lo más barato, pero es para que tengas un panorama y sino podés buscar algún catálogo de supermercado del país dónde vas a estar.
Catálogo del Corte Inglés
6) Visitas
Acá es tan sencillo como entrar a google, poner ticket para la Torre Eiffel y te da el precio. Así con cada lugar que te interesa visitar y no te olvides de sumarlos y anotarlo en la planilla.
7) Otros gastos a tener en cuenta
El costo del pasaporte, cómo llegar hasta el aeropuerto, si tenés que comprar valija o algo que te falte para hacer el viaje, si vas a pedir que te envuelvan la maleta antes de partir.